viernes, 10 de julio de 2020

DONDE PONGO EL OJO, PONGO LAS DIOPTRÍAS.


   Éso fue, apreciado lector, lo que me espetó mi amigo Ildefenso, durante el transcurso de la conversación que manteníamos sentados en la terraza de una cafetería, mientras tomábamos el primer café, acompañado de tostadas con mantequilla -la suya, a mayores, coronada con mermelada de fresa-, pues habíamos acordado, el día anterior, desayunar juntos.

  De esta manera, cambió el tono del dialogo que venía discurriendo por los cauces habituales cuando dos amigos, que hace tiempo que no se ven, se ponen al día de sus respectivas vidas; Ildefonso comenzaba así a confesarme que estaba harto de, antes de tomar una decisión, por nimia que fuera, detenerse una y otra vez a analizar los pros y los contras, los efectos que pudiera tener, así como los medios para llevarla a cabo. Y continuó diciendo que “he hecho repaso y, puedo asegurarte que, en las decisiones más importantes de mi vida, o bien me he equivocado o, cuando ya me había decidido, el tiempo adecuado para hacerlo se había esfumado; creo que el mayor acierto de mi vida ha sido casarme con mi mujer, ¡y acerté porque me eligió ella!”.

   Tras el último trago, me confesó que en adelante las decisiones las tomaría de manera más impulsiva, siguiendo lo que en cada preciso momento considerase correcto, haciendo caso a lo que le dijera el corazón y, antes de levantarnos para abandonar el establecimiento, dijo que “no obstante, sigo teniendo reparos, pues si mi sentido de la vista está limitado por las dioptrías, mi órgano más vital sufre de arritmias, así que no es del todo fiable. Supongo que he de resignarme y admitir que nunca voy a tener la seguridad plena en las decisiones que tome; no me queda otra que, como si fuese un torero, santiguarme antes de salir al ruedo de la vida y, muleta en mano, confiar en que, con habilidad, sea capaz de esquivar las embestidas con las que el miedo al fracaso intente acabar con mi voluntad y las acciones con las que pretenda llevarla a cabo.”

   Hasta la próxima.



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