sábado, 20 de junio de 2020

PREPARANDO LAS VACACIONES

   Querido amigo:

   Mientras caminábamos por el paseo marítimo de la localidad norteña en la que residimos, durante la tarde de un Sábado soleado y de temperatura cálida, incluso por encima de lo habitual en primavera, Jacinto y yo compartíamos, además de un caminar un tanto cansino, conversación amena, durante la cual mi amigo me dio a conocer que, con su esposa, estaba ya organizando las próximas vacaciones y, con visible alivio, me anunciaba que este año no serían, como en otros anteriores, en lugares exóticos y, en cada uno de sus viajes, más recónditos; y continuó diciendo que eso era lo más positivo que había obtenido de la situación por la que estamos atravesando. 
   Yo, curioso, le pregunté si ya no le gustaba viajar, a lo que él contesto de manera afirmativa, pero que lo que ya no le apetecía, e incluso aborrecía, era la forma en que lo venía haciendo, puesto que "me he percatado que me lanzaba a conocer lugares en los que no había estado, sin criterio ni expectativa alguna, por el puro hecho de hacerlo; así que he estado en muchos sitios, pero ¿qué es lo que me ha aportado, además de una enorme colección de fotos impersonales y vídeos aburridos de ver, hasta decir basta? Pues eso, amigo, que ahora los viajes que haga junto a mi familia, tendrán un por qué y para qué bien claro, buscando la diversión, pero también el crecer como personas, sin importar si para eso he de irme muy lejos o permanecer en un lugar próximo".
   Cuando separamos nuestro caminar fui pensando en lo que me había comentado Jacinto, siendo interrumpidos mis pensamientos de manera inopinada, pues mi atención, como sin querer, se fijó en el anuncio que asomaba en la amplia cristalera de una agencia de viajes con la que topé en mi vuelta a casa,  y en el que se veía a una pareja sonriente -él alto, musculado y en bañador; ella de pelo negro, piel bronceada y enfundada en un bikini que dejaba ver la belleza de su cuerpo- que, sujetando cada uno una copa adornada con una pequeña sombrilla, invitaban a irse de vacaciones a no sé qué sitio, durante no sé cuánto tiempo y hacer no sé qué, salvo pasárselo bien, quizás gracias al efecto que la bebida que aparentaban tomar, pudiera tener en ellos.
Hasta la próxima.


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